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Juan Dual: «Yo no puedo, pero quiero»

Juan Dual

Juan Dual fue uno de los Valientes de KOA 257 2021, compitiendo con el dorsal número 79, ya en su posesión para toda la vida. Como él se describe “estoy vacío”, a sus 13 años le diagnosticaron poliposis familiar múltiple, un gen hereditario con un 99,8% de probabilidades de desarrollar cáncer en el aparato digestivo. Tras someterse a varias cirugías, Juan ha aprendido a vivir sin colon, sin recto y sin estómago.

KOA. Podríamos decir que has dado la vuelta al mundo en bicicleta y que has recorrido muchos kilómetros por la montaña. ¿Qué te motivó a correr este tipo de prueba?

Juan Dual. La terreta. Salíamos de la pandemia, mucho tiempo encerrados y los que hacemos larga distancia es un bicho que se te mete dentro y no lo sacas. Si ya correr es un bicho que es difícil de quitártelo, la ultradistancia te deja un poso muy loco. ¡Tienes resacas después de carreras! Le das vueltas a la cabeza a un montón de cosas y durante el tiempo de la pandemia no había carreras, por motivos obviamente lógicos, y había una cosa que me faltaba, y yo creo que a la inmensa mayoría de la gente que estamos en el mundo de la ultra. Con Hugo en su momento, un amigo, me lanzó la patata y luego por circunstancias él no pudo venir, pero a mi me lanzó el gancho, lo recogí y dije: Ostras, hacer ultradistancia en casa… Conocía la prueba por otras personas de rebote y luego poder disfrutar eso, que en cada meta de los tres días y en las salidas puedas tener a tus amigos y a tu familia ahí, contigo. Era imposible no estar haciendo eso.

Juan Dual

KOA. ¿Qué fue lo que más te impactó de la prueba?

J. Me encanta el concepto que solo seamos 40 personas formando parte de eso. El hecho de que tu dorsal es para siempre, me parece fliplante, o sea, es un golazo —se me ponen los pelos de punta—, no sé, sinceramente, si hay alguna carrera en el mundo que plantee eso, si no, lo siento, la idea está en KOA jajaja. Eso me parece una auténtica maravilla, porque te hace sentir pertenecer a algo de por vida y luego eso se transforma en todo ese proceso de esos tres días compitiendo con gente que no conoces prácticamente de nada, muchas veces.

Juan Dual
Foto Germán Vidal

Pero… se convierte en una familia y la familia de correr muy largo, estamos muy taraos, las cosas como son, entonces, el poder juntar a un grupo de tarados y taradas en el mismo ámbito y compartir todos juntos ese hecho, la verdad que se te queda muy dentro y… De hecho, este año no puedo participar por calendario, pero que no pueda participar de manera personal, de colgarme el dorsal, no me va a eximir de no estar de voluntario como parte de la carrera. Creo que la inmensa mayoría de corredores que formamos parte de ello, alguna vez, creo que seguro si no se corre se hace de voluntario.

KOA. Participaste en KOA con ciertas limitaciones. ¿Cómo te sentiste junto al resto de tus compañeros, siendo consciente que ibas a afrontar la prueba de otra manera?

J. Lo primero. KOA tiene un sector muy importante que yo no tengo, que es el sector de aguas abiertas. Yo le dije: “David (organizador y creador de la prueba), quiero participar de tu carrera, pero yo no nado porque no he nadado nunca y porque tampoco es recomendable cierto tipo de actividades con el tema de todas las cicatrices y de toda la tralla que llevo por todas cirugías que llevo encima”. Entonces es un hándicap enorme a la hora de participar en una prueba, pero en el momento en que se lo plantee abiertamente a David fue: “Yo no puedo, pero quiero”. Creo que le faltaron tres segundos para decirme: “Por esto, no vas a dejar de participar”.

Juan Dual

Entonces lo hace todavía más bonito. Lo que es un hándicap se convierte en algo que completamente se diluye, porque, vale sí, yo lo hice en cayac, pero me paro a pensar que por mucho que yo corra muy largo, para mí es totalmente normal. Si me paro a racionalizarlo, no es normal, técnicamente podría ser paralímpico, en cuanto a deportes adaptados y demás, entonces no puedes nadar, pero tú te quieres meter en el agua. De hecho, el día de la natación salió el agua como un plato, pero si llega a salir el día de aguas abiertas con viento… yo habría sido el último en salir de ahí, aunque fuese en balsa porque vas a la deriva.

En ningún momento me sentí ni mal, ni juzgado por el resto de compañeros. Ellos sabían que, para mí, el simple hecho estar remando ya supone un esfuerzo complicado para toda la zona abdominal, entonces, vale sí, no está nadando, pero está remando.

KOA. ¿Qué te ha dado KOA con todo el aprendizaje que ya llevas tu?

J. Me ha dado velocidad. Cosa que me encanta. Todo el mundo me dice que yo soy muy diésel y de repente descubrir que puedo ser rápido… KOA es un punto de inflexión, porque es una prueba muy exigente, es durísima. Y el hecho de tener que hablar con entrenadores, fisioterapeutas y hacer una pauta de entrenamiento para sacar la carrera sin acabar destruido, me dio pie a disfrutar de un proceso de entrenamiento que yo antes no hacía. Yo antes no hacía series, no hacía fuerza, yo corría por el monte, larguísimo… pero corría. Y ahora me ha dado un toque extra de disciplina, porque correr por el monte requiere de disciplina, pero disciplina de tener dos/tres sesiones de fuerza semanales, hacer series y acabar queriendo vomitar al hacer las series, pero sonriendo, como diciendo: ¡Estás tonto!

Con lo que a mi me flipa que es la montaña, la transformación es brutal, porque el punto de forma que tengo ahora mismo, en un año y poco, del antes y el después (…) Eso es producto de KOA.

Juan Dual
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Así nació KOA Distance

Así nació KOA Distance

Así nació KOA Distance. La distancia de los valientes.

Lo que sucedió antes de la idea

Si nos preguntas, tanto a Miguel Ángel como a mí, (habla David Baldoví) te diremos que la idea nació un sábado de abril de 2016, probablemente el 16 o 23 de abril, pedaleando por la Sierra Calderona. Pero si realmente reflexiono y me tomo tiempo para contestar esta pregunta, echaría la vista más atrás.

Así nació KOA Distance

Echaría la vista atrás y viajaría hasta Hawaii, justo en noviembre 2015. Allí y en esa fecha Miguel Ángel se enfrentaba al Ultraman World Championship, después de clasificarse para ello en Florida en febrero de ese mismo año. Yo tuve la suerte de acompañarlo a Hawaii, junto a Cristian Contador y Carlos Ferrando, fisioterapeuta y nutricionista, amigos en común y colaboradores de KOA Distance.

Allí, en Hawaii, sin darnos cuenta, estábamos viviendo una experiencia extradeportiva que en verdad no fuimos a buscar. Nos enamoró la isla, nos enamoró la distancia, pero sobre todo nos enamoró el espíritu y la camaradería que se vivía en aquella prueba.

Los participantes se animaban unos a otros, se deseaban suerte antes de empezar, se daban consejos y trucos, se abrazaban al llegar a meta. No importaba el idioma, la nacionalidad, la raza o la condición física, allí cada uno de los participantes iba a cumplir su objetivo, el de superarse a sí mismo.

Nos fascinó también el espíritu de equipo. Todos y cada uno de los miembros de cada uno de los equipos de apoyo estaban allí para ayudar, tanto a su deportista como al resto de participantes. Recibíamos consejos, ayuda y cualquier cosa que necesitáramos. De nuevo no importaba la raza o la religión, solo importaba que todos cumplieran su sueño.

Y por último nos enamoró el carisma y la sencillez de la organización. Capitaneados por la entrañable Jane Bockus, cercana y sencilla. Para ellos el objetivo estaba claro, la seguridad de los deportistas era lo principal.

Koa distance miguel angel tortajada
Miguel Ángel Tortajada, en el primer año de KOA Distance, 2017.

Al volver de este viaje interiorizamos muchas cosas. Creíamos que lo principal había sido descubrir por qué hacemos las cosas que hacemos y qué buscamos en el deporte de larga y ultra distancia, pero, sin darnos cuenta, también habíamos absorbido un estilo de prueba muy singular.

Entonces sí, cuando fuimos conscientes de todo ello, Miguel Ángel tuvo la estúpida idea de montar el primer medio Ultraman del Mundo. Entonces sí, en una salida en bici, de las que podemos hacer cualquier sábado y acabando en Che Bici, la tienda de nuestro amigo Gus, mecánico de KOA Distance, tomando un bocata y una cerveza, surgió la idea.

Allí estábamos varios compañeros, la mayoría nos dijeron que ni lo intentáramos, que era una locura, que quienes éramos para montar algo sin experiencia, que era una idea sin sentido… yo me quedé callado, escuchando a todos y pensando.

Esa misma tarde llamé a Miguel Ángel, le dije que yo si veía la idea y que podíamos probar a darle forma. Solo le puse una condición, si lo hacíamos lo haríamos bien, sin prisas, sin modas, pero siempre bajo la premisa de disfrutar del camino.

Koa distance david baldovi
David Baldoví, en el primer año de KOA Distance, 2017.

Acabo de leer el primer correo que nos cruzamos sobre este tema y la verdad me he emocionado, lo mejor de todo es que lo hemos hecho todo como lo planteamos. Ha sido sencillo, pues el entendimiento fue mutuo y lo sigue siendo.

Así que nos pusimos manos a la obra, nos veíamos los domingos por la tarde, en el bar al que teníamos costumbre de ir, de hecho, seguimos haciéndolo igual. Nos tomábamos un par de cervezas e íbamos avanzando y comentando. A los pocos días estábamos de acuerdo en crear una prueba humana, familiar, única y original.

Pensaba que ese viaje a Hawaii, sin quererlo, fue el origen de KOA Distance. Pero no, me he puesto a recordar y creo que hay un momento anterior donde surgió la semilla, esta vez sí y rotundamente sí, sin saber lo que vendría.

David y Miguel Ángel, en el evento de clausura de la primera edición, abril 2017.

Miguel Ángel acababa de llegar de Ultraman Florida, febrero 2015, yo lo conocía solo medio año. Y celebró con una fiesta su cumple y su hazaña de acabar el Ultraman. Esa noche, después de varias copas y muchas risas me dijo una frase: “Algún día tu y yo tenemos que montar algo”.

Un artículo de David Baldoví.